Desde Venezuela p.1
Al sur del otro Mediterráneo
José Javier Alayón, Septiembre de 2020
Estas palabras de reconocimiento al profesor Martí están escritas desde una doble lejanía. En ellas se perderán muchos detalles, pero ni un ápice de agradecimiento y admiración. Pronto se cumplirán 10 años de la finalización de mi doctorado, cuya tesis[1] dirigió con una generosidad y paciencia infinita. Para esa fecha, ya había dejado de asistir a la ETSAB de manera regular. Así que su presencia física en el acto de lectura y luego en la celebración (Fig. 1), haciendo un gran y discreto esfuerzo, reiteraba mi suerte y el privilegio de su tutoría. En las últimas revisiones de ese estudio sobre la obra tardía de Carlos Raúl Villanueva, me habló de una tía muy especial para él. Ella vivió en la Caracas de su máximo esplendor moderno y sus regresos a Barcelona le traían los aires de esa metrópoli tropical rabiosamente optimista. Así pues, no dudo que ese antecedente familiar haya jugado a mi favor cuando aceptó dirigir la propuesta de alguien con palmaria inexperiencia.

Escribo también desde la distancia física. Desde Bogotá y no desde Caracas, Tenerife o Barcelona, ese gran arco atlántico con dos mares como extremos sobre el cual basculó el proceso de mi formación doctoral. No obstante, lo hago desde un país de la cuenca caribeña de cuya cultura mediterránea Villanueva era, según Martí, ejemplo destacado como García Márquez, Severo Sarduy, Carpentier, Miguel Ángel Asturias o, el también venezolano, Jesús Soto[2]. Para este homenaje personal desde lo alto de los Andes tropicales, solo tengo a la mano correos electrónicos que intercambiamos durante años. De ellos compartiré algunas frases que fueron lecciones para mí.
Desde los inicios me insistió en la necesidad de mitigar mi entusiasmo —contagioso admitía— por la figura de Villanueva, con el estudio profundo del proyecto como último depositario de la idea de arquitectura. A la tesis, siguió la fabulosa invitación de coeditar un monográfico DPA sobre el arquitecto academicista devenido en criollo moderno. “Seguiremos discutiendo con fervor de la arquitectura de Villanueva”[3], me escribió al final del proceso editorial, arguyendo que siempre quedarán en pie las obras para revisitarlas. Lamentablemente, como hemos comprobado recientemente, hasta los pasillos más robustos que conducen al conocimiento pueden terminar convertidos en ruinas. En ese sentido, también es oportuna su reiterada recomendación del análisis y registro de la buena arquitectura como garantía de su supervivencia.

Su admirada prosa traducía esas lecciones de la arquitectura con refinada precisión. Excusándose sobre un correo en blanco enviado involuntariamente se justificó: “Mi declarado minimalismo en la escritura no alcanza esos niveles de perfección”[4]. Profesor: su ejemplo sigue siendo una guía y un reto diario para mí. El reconocimiento continuo y transparente a sus referentes, hacía de su magisterio algo aún más enriquecedor y orgánico. Sobre la dificultad de sintetizar a Villanueva para la editorial de la revista, me precisó: “He debido recurrir a uno de mis maestros, el turinés Giorgio Colli, para lograr (o intentarlo por lo menos) una descripción sobria de lo que representa CR Villanueva, una descripción que no eluda el tópico, sino que lo trascienda”[5]. Convetir en erudición la evidencia, fue algo que, sin duda, también le caracterizó. Por ello, recalco la fortuna de haberme formado a su lado como investigador y, sobre todo como docente. A quienes fuimos sus alumnos nos corresponde honrar ese legado y transmitir el rigor, la sensibilidad y el compromiso por esta disciplina a los nuestros. No podemos evitar converger en el lugar común de su calidad humana, pero a ese tópico —parafraseándole— le trascenderá su obra intelectual[6]: la construcción de una teoría del proyecto atemporal y aestilística, sin dogmatismos. Esas cartografías de navegación por la historia de la arquitectura nos permitirán seguir revelando identidades dentro de las variaciones y tal vez trazar nuevas rutas entre puertos del Caribe y el Mediterráneo.
[1] “Abstracción y síntesis en la arquitetura de Carlos Raúl Villanueva”. Fue uno de los tres casos latinoamericanos, entre 15 tesis que alcanzó a finalizar como director de 2002 a 2015.
[2] Ver: Martí, Carlos. Editorial. DPA 29 C.R. Villanueva. Ediciones Departament de Projectes Arquitectònics UPC, 2013.
[3] Comunicación personal: sábado, 23 de marzo de 2013.
[4] Comunicación personal: sábado, 23 de marzo de 2013.
[5] Comunicación personal: miércoles, 19 de diciembre de 2012.
[6] Ver: Guia temàtica Biblioteca ETSAB: Carlos Martí Arís (1948-2020). Barcelona: Biblioteca ETSAB, 2020. Disponible en: http://hdl.handle.net/2117/186084