Alberto Campo Baeza. La belleza que detuvo al tiempo

por Alberto Burgos,

“White is a symbol of permanence, of the universal in space and the eternal in the time. Hair invariabily turns white as time passes. So do buildings.
Time, the great Executioner, turns buildings white (…) No one would deny that architecture is built on ideas, but isn´t it abouth time that these ideas became physical things, started dirtying their hands with the realities of there and now?”

Así terminaba la introducción a la publicación de la obra de Alberto Campo Baeza hasta el año 1999, a punto de estrenar milenio: hablando del Tiempo. Y hablando del Tiempo querríamos comenzar la entrevista con la que abrimos esta nueva publicación de su obra posterior.

Time Past
More with light

“The Great Executioner”, el Tiempo, el gran verdugo, pone las cosas en su sitio. “Tempus edax rerum”, gasta las cosas, las erosiona. Aventa lo fútil, deja solo lo sólido. A la vez que enriquece, ahonda nuestra mirada.

Echando la vista atrás, vemos que Alberto Campo Baeza tiene mucho hecho, mucho escrito y que se lo han publicado mucho. Bastará una mirada rápida al pasado para entender mejor qué está haciendo ahora. Un repaso sintético, por no ser repetitivos de lo tan conocido. Tirar del hilo que une sus más señalados hitos, seguirle la pista a sus búsquedas y encuentros, en obras e ideas, descubrirá las influencias de los grandes maestros, de sus obras y textos también.

1 – Años de aprendizaje (1971-76)

Universidad Laboral Almería. Fotografía: Carlos Pérez Siquier
Universidad Laboral Almería. Fotografía: Carlos Pérez Siquier

Ya en primer curso de carrera, Sota vaticinó que se dedicaría a la docencia, pero le aconsejó que, antes, debía pasar fuera de la Escuela cinco años. Cumplido puntualmente el encargo, fueron años de trabajo en el estudio de Julio Cano Lasso.
Mencionó el influjo de Wright en sus primeros proyectos. También Mies se expande linealmente en la casa de muros infinitos. Como aquí los ejes, a los que se adosan agregados de volúmenes (Los Centros de Formación Profesional en Vitoria, Pamplona, Salamanca). Ejes que se cruzan en vestíbulos que llegan a ser patios o plazas en la Universidad Laboral de Almería (1976).
Todos estos proyectos son producto de la generosidad de Julio Cano Lasso que le ofrece el hacerlos con él, firmando con él.

Mies monocromo, Carvajal, Cano Lasso… Con ellos construye en la sobria elegancia de un solo material.

2 – Tiempo de rodaje. (1977-86) “Arquitectura sine luce, nulla arquitectura est.”

Guardería Aspe. Planta patio
Guardería Aspe. Planta patio

Entra como Profesor de Proyectos Fin de Carrera en la Escuela de Arquitectura de Madrid, de la mano de Sáenz de Oíza en 1976. En 1979 pasa como Profesor Asociado con Vázquez de Castro. En 1982 obtiene el doctorado con Javier Carvajal como director de Tesis y, ya doctor se incorpora a su Cátedra. Construir y enseñar no solo se complementan, se alimentan recíprocamente.
Le Corbusier blanco, purista, trabajando con red en el marco del cuadro. Se dejan a un lado los asuntos urbanos, mientras se van olvidando los cinco puntos (desde las casas sobre “pilotis” y la fachada libre hasta la “fenêtre en longueur”)
– Ayuntamiento de Fene, La Coruña (1980). Guarderías Públicas de Aspe, Onil y Crevillente, en Alicante (1982). En todas ellas un cierto aroma a Richard Meier.

Para Le Corbusier, “La arquitectura es el juego sabio, correcto y magnífico de los volúmenes reunidos bajo la luz. Nuestros ojos están hechos para ver las formas bajo la luz” . Y señalaba los sólidos platónicos. Aquí, cubos y cilindros alineados. Empaquetados en un orden mayor, recuerdan “el equipaje de los toreros”, que decía Alejandro de la Sota.
– Escuela Pública en San Sebastián de los Reyes, Madrid (1983). Escuela Pública en San Fermín, Madrid (1985).

3 – Madurez. (1987- 99) La idea construida.

Casa Turégano. Fotografía: Hisao Suzuki
Casa Turégano. Fotografía: Hisao Suzuki

 

Catedrático de Proyectos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid. Profesor invitado en diversas escuelas: ETH de Zúrich, Suiza; Nápoles; Lausanne, Suiza; Virginia, USA; Royal Academy de Copenhague… Entre las numerosas publicaciones, marcan época “La Idea Construida” y la monografía de Munilla-Lería, ambas de 1996.

Se van simplificando los temas, arrancando todo lo que sobra, como “la belleza calva” que citaba Sota . Se depuran los volúmenes, las geometrías, los colores… se elimina todo lo prescindible hasta llegar al “cubo que funciona” (de nuevo Sota, citando a Le Corbusier ) para construir una luz maravillosa: la blanca y cúbica cabaña. La casa Turégano (1988). En su interior, el secreto es la concatenación de dos espacios de doble altura desplazados verticalmente y luego cruzados por la luz de lo alto.

Less is more. More with less.

Los huecos se cuadran, las organizaciones se simplifican. Quedan reducidas a alineaciones, a líneas paralelas o a retículas; con una o dos simetrías.
Precisión, que es usar sólo lo preciso, además de hacerlo con precisión. Hasta el dibujo se reduce al extremo: dos líneas, una fina, una gruesa; dos figuras, un círculo o un rectángulo.
Menos es más. Más con menos: Nada queda de la moderna separación entre estructura y cerramientos. O muros de carga, o pilares en retícula. Sólo cuando no hay más remedio, cuando hay un motivo de gravedad, aparecen pórticos paralelos, como en el Museo Arqueológico de Cartagena o en el Aeropuerto de Tenerife, 1998.
Se silencia al máximo la construcción. Y la materialización. Y el color. No hay huella de la puesta en obra, de productos de la industria, de prefabricación.

Less is more. Light is more.

De las cuatro composiciones de Corbusier se queda con la más difícil . Meter todo en cajas y perforarlas para meter la luz dará mucho quehacer. Luz horizontal, vertical, diagonal, cenital. Además de la caja cubo Turégano, se experimentan otras “boîte a miracles”, como la escuela pública Drago, en Cádiz (1992), o la grandiosa caja que es la Caja General de Granada (concurso de 1995). Todas, ejercicios de luz.
Aquel purismo de Le Corbusier, casas / cajas blancas, ideales, casi inmateriales, que navegan sobre un paraíso perdido, aterriza en el mundo de Mies. Un mundo igualmente separado del mundo: Casas patio / cajas solo abiertas al cielo, al sol, a la luna y a las estrellas.

– la casa García Marcos, Valdemoro. Madrid (1991), o la extraordinaria casa Gaspar (1992)

Subidos a un pesado podio desde el que contemplar un lejano horizonte, quizás con un ligero Belvedere, como en la Neue Gallery de Mies, como en su PFC (1971)
El inicial podio y pabellón, las primitivas Gruta y Cabaña, luego entendidos como estereotómico y tectónico, será el otro tema favorito. Con Sota en La Caeyra y en aquellos esquemas de las viviendas en Alcudia, emerge la casa de Blas (2000)

– Casa Dalmau, Burgos (1990). Gimnasio Leonardo da Vinci, Majadahonda. Madrid (1997)

Con toda suerte de variaciones sobre un mismo tema, de combinaciones entre cajas arriba, cajas abajo, podios y pabellones.
– Biblioteca Pública Orihuela, Alicante (1992). Centro BIT, Inca. Mallorca (1995). Oficinas Junta de Andalucía, Almería (2002)

El podio se escalona, de la mano de Adolph Appia, en el concurso de la Filarmónica de Copenhague (1993), en la Biblioteca General de la Universidad de Alicante (1995), en el Museo Arqueológico de Cartagena (1998), en la Casa Pino, Vicálvaro. Madrid (1999)

4 – Top. (desde 1992) Esencialidad: More with less.

Casa Gaspar. Fotografía: Hisao Suzuki
Casa Gaspar. Fotografía: Hisao Suzuki

Del “menos es más” de Mies al “más con menos” (que menos es… imposible!).
Hay que volver atrás, a la casa Gaspar, Zahora, Cádiz (1992) para experimentar el poder de la fuerza de la abstracción.
Más allá de otra casa patio de Mies, entrar en la casa Gaspar es pasar más allá del mundo físico, es llegar al metafísico: un universo donde sólo habitan los universales. Allí puedes contemplar las puras esencias, despojadas de todo lo accidental, concreto, caduco.

Ya no es UNA casa patio, o UNA casa cubo. Alberto Campo Baeza construye LA casa patio, LA casa cubo, LA cabaña sobre LA cueva… Mucho más que depurar una tipología, ha decantado LA esencia , ha construido LA idea (¡si no para de repetirlo!: la idea construida). La idea construida en la materialización de aquellas ideas platónicas, emanadas desde el “cosmos gnoetós” en el mito de la caverna. Por eso sus casas, sus ideas, pueden expresarse en breves palabras , sentencias que traduce al latín, como para remarcar su atemporalidad. “Hortus conclusus” define la casa Gaspar, como “impluvium de luz”, la Caja General de Granada, o “jardín secreto”, las oficinas de Mallorca.

Los universales trascienden, crean un espacio regido solo por la geometría y la proporción, mas allá de todo lugar particular. Y trazan un tiempo eterno. No el de un instante detenido, capturado en esas maravillosas fotografías que harían las envidias de Chirico, sino la expresión del ciclo cósmico, más allá del curso de la historia.

Solo allí, en esa atmósfera de calma irrepetible, habitando el mundo de las ideas, cabe olvidar la prosaica cotidianidad y preguntarse con el filósofo, hasta entender que Luz, Gravedad y Proporción significan Tiempo, Orden y Belleza. Se entiende, se experimenta que el valor no está en los materiales, en lo material, sino en los intangibles, en la idea, en lo espiritual.
Se practica la arquitectura como arte, creadora de bellísimos artefactos. Arte redentor, constructor de universos artificiales donde el hombre moderno puede recuperar su relación con este mundo contaminado.

 

Alberto Burgos
Dr. arquitecto, es profesor de proyectos en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Valencia. Su obra, recogida en diversas publicaciones nacionales e internacionales, ha sido repetidamente premiada (seleccion IberFad, finalista Bienal de Arquitectura Española, premio Camuñas…) Es autor de “Modernidad Atemporal, con Alejandro de la Sota” (Valencia, 2011) y “Casa Dominguez. La Caeyra” (Fundación Alejandro de la Sota, Madrid 2013).

 


 

Artículo publicado en:

TC-112
TC Cuadernos nº 112- Alberto Campo Baeza