El pabellón Robert Olnick se encuentra en Cold Springs, Nueva York, y representa una adición a la Magazzino Italian Art Foundation.
Diseñado por los arquitectos Alberto Campo Baeza y Miguel Quismondo, este edificio se caracteriza por su diseño funcional y estructural, sirviendo como un espacio adicional para la exhibición de obras de arte.
La estructura ha sido planificada para armonizar con el edificio existente del Magazzino, manteniendo la coherencia en el diseño y la funcionalidad. El pabellón se distingue por su enfoque pragmático en la selección de materiales y la distribución espacial, asegurando que cada componente cumpla con un propósito específico. En el siguiente análisis, se examinan los aspectos técnicos y estructurales del Robert Olnick Pavilion. Se abordarán temas como la integración arquitectónica con el edificio existente, la elección de materiales y la funcionalidad del espacio interior. El objetivo es ofrecer una visión objetiva y detallada de la estructura, facilitando una comprensión clara de sus características y atributos principales.
Indice de contenidos
Diseño y Arquitectura del pabellón
El diseño del Robert Olnick Pavilion se caracteriza por su enfoque en la simplicidad estructural y la funcionalidad espacial. El espacio principal de exposición es un cubo isotrópico blanco, diseñado para albergar exposiciones temporales. Las dimensiones y la disposición del espacio han sido calculadas para optimizar la entrada de luz natural, un factor crítico en la presentación y apreciación de las obras de arte.
Las aberturas de 2.10 x 2.10 metros en cada esquina del cubo permiten la entrada de luz en diferentes momentos del día, creando un juego de iluminación natural que varía según la posición del sol. Este diseño no solo es estético, sino que también es funcional, ya que las aberturas sirven como puntos de entrada al espacio de exposición.
Integración con el Magazzino
La integración del pabellón diseñado por Alberto Campo Baeza y Miguel Quismondo con el edificio existente del Magazzino se ha logrado mediante una planificación cuidadosa de la disposición espacial y la continuidad en el diseño arquitectónico. El pabellón se dispone en barra perpendicular al edificio principal, creando un recinto unitario que es coherente y armonioso.
La unión entre los dos edificios se resuelve con una avenida de acceso común, que permite una transparencia en la planta baja, facilitando la conexión visual y física entre los espacios. El vestíbulo del nuevo edificio también acoge las funciones de bar, ofreciendo un espacio de interacción social y cultural.
Influencia y Conexión con la Naturaleza
La relación entre el Robert Olnick Pavilion y su entorno natural es intrínseca y ha sido un factor determinante en las decisiones arquitectónicas y de diseño. La ubicación en Cold Springs, Nueva York, ofrece un paisaje rico y diverso que no solo proporciona un telón de fondo estético sino que también influye en la funcionalidad y la experiencia del espacio interior.
El concreto, material predominante en la construcción exterior del pabellón, fue seleccionado por su robustez y su capacidad para armonizar con los elementos naturales circundantes. Este material se caracteriza por su versatilidad y durabilidad, pero también por su capacidad para adoptar una patina natural con el tiempo, permitiendo que el edificio se integre de manera más orgánica con su entorno.
La disposición de las ventanas y aberturas en el pabellón no es aleatoria. Cada abertura está estratégicamente ubicada para capturar la luz natural en momentos específicos del día, garantizando que el interior esté iluminado de manera óptima. Este diseño considerado no solo reduce la dependencia de la iluminación artificial, sino que también crea un ambiente interior que cambia y evoluciona a lo largo del día, reflejando el ritmo natural del entorno exterior.
Además, la topografía específica del sitio ha sido un factor crítico en el diseño estructural del pabellón. Los arquitectos han tenido que considerar aspectos como la elevación, la orientación y las condiciones del suelo para asegurar que el edificio no solo sea estructuralmente sólido, sino que también se complemente con el paisaje existente. Se han implementado soluciones geotécnicas para abordar los desafíos presentados por la zona de humedal existente, asegurando la integridad estructural a largo plazo del pabellón.
En el interior, la elección del color blanco para las paredes y los espacios de exhibición no es meramente estética. Este color ha sido seleccionado por su capacidad para reflejar la luz natural, creando un ambiente luminoso que es esencial para la visualización adecuada de las obras de arte. La interacción entre la luz, el espacio y los materiales ha sido cuidadosamente orquestada para garantizar que cada pieza de arte se presente en condiciones óptimas, permitiendo a los visitantes apreciar plenamente cada detalle.
En resumen, la influencia y conexión con la naturaleza es evidente en cada aspecto del Robert Olnick Pavilion. Desde la elección de los materiales hasta la disposición del espacio y la integración de la luz natural, cada elemento ha sido considerado para garantizar que el pabellón no solo se sitúe en su entorno natural, sino que también se convierta en una parte integral de él, ofreciendo una experiencia que es tanto arquitectónica como ambientalmente enriquecedora.
Conclusión
En resumen, el Robert Olnick Pavilion es un ejemplo de diseño arquitectónico que equilibra la estética, la funcionalidad y la sostenibilidad. La colaboración entre Alberto Campo Baeza y Miguel Quismondo ha resultado en una estructura que no solo complementa el Magazzino Italian Art Foundation existente sino que también se destaca por sus méritos propios. La integración cuidadosa de elementos de diseño, la selección de materiales y la consideración del entorno natural son aspectos clave que definen este proyecto arquitectónico.
Información General:
– Ubicación: Cold Springs, Nueva York
– Cliente: Magazzino Italian Art Foundation
– Área construida: 13,000 pies cuadrados
– Fecha de finalización: Septiembre de 2023
Equipo de Diseño:
– Arquitectos: Alberto Campo Baeza & Miguel Quismondo
– Gerente de Construcción: Miguel Quismondo
– Arquitecto del Proyecto: Jacobo Mingorance
– Colaboradores: Ignacio Aguirre López, Alejandro Cervilla García, Tommaso Campiotti, Juan Carlos Bragado, Ignacio de Silóniz, Alfonso Guajardo-Fajardo Cruz, María Pérez de Camino Díez, David Vera García, Sara Fernández Trucios, Luca Redaelli, Gloria Saá García, William Mulvihill
Detalles del Diseño
– Ingeniero Estructural: Michael P. Carr, P.E., María Concepción Pérez Gutiérrez
– Ingenieros MEP: CES-Consulting Engineering Services Engineers
– Consultor de Iluminación: MAP Design Studio
– Consultor de Costos: Slocum Construction Consulting, Inc
– Fotografía: Javier Callejas, William Mulvihill, Marco Anelli
Características del Edificio
– El pabellón fue concebido para complementar el edificio existente del museo, reflejando su diseño moderno, elegante y simple.
– Agrega aproximadamente 3,600 pies cuadrados de nuevo espacio de galería al campus, incluyendo dos galerías iluminadas con luz natural para exposiciones especiales en su nivel principal y una tercera galería en su piso inferior para la exhibición de vidrio de Murano y cerámica.
– El área principal de exposición es un espacio cúbico, blanco e isotrópico, diseñado para albergar exposiciones temporales y servir como un punto focal del museo.
– El pabellón tiene dos pisos y está construido de concreto reforzado, albergando la colección de vidrio de Murano, la cafetería y más espacios de exposición.