Plaza de los Amantes, Teruel

La plaza se encuentra en un lugar antes ocupado por el tejido urbano que fue destruido durante la Guerra Civil. Quedó en su lugar un vacío remodelado como plaza en los años 70 que, en el momento de la nueva intervención, estaba completamente deteriorado. Se trataba de un espacio muy pequeño con gran desnivel presidido por la torre de San Pedro, ahora aislada por uno de sus lados pero que, en otro tiempo al igual que otras torres turolenses, estuvo rodeada de casas. 

Con el nuevo proyecto se ha creado un lugar presidido por una fuente monumental y una escalera que resuelve el desnivel de la plaza. La escalera tiene una fuerte presencia, como corresponde a una escalera urbana, y es un elemento fundamental en el proyecto. Su trazado permite dirigir el recorrido desde la plaza propiamente dicha a la calle Matías Abad donde se sitúa la torre de San Pedro. Tanto el diseño de su estructura como los peldaños o la balaustrada se corresponden con el carácter representativo de la misma. Es importante, en ese sentido también el diseño de la estructura que se apoya en un único pilar en “V” y sirve de soporte a la escalera y al porche.  

La idea es que los diferentes elementos que configuran la plaza se expresen mediante una textura específica. De esta manera se establece una relación con las diferentes texturas que tiene la torre de San Pedro, que van desde la rugosidad del ladrillo a la brillantez de la cerámica mudéjar. La construcción del porche y el único pilar de apoyo se deja por eso en hormigón visto con encofrado de tablilla, mientras que el frente de la fuente es de hormigón lavado, armonizando de esta manera con el ladrillo rugoso de la torre a la que sirve de basamento. Los suelos y escalones son de piedra de Calatorao y los bancos y balaustres de travertino turolense. El fondo de la fuente es de cerámica, cuyos colores guardan relación con los elementos cerámicos mudéjares de la torre. La geometría del pavimento de la plaza expresa la recogida de las aguas  que confluyen  en el centro a través de un gran sumidero de piedra diseñado ex profeso. La iluminación ha sido otro de los temas más trabajados del proyecto. Se ha procurado evitar en lo posible la existencia de elementos visibles y se ha centrado casi siempre en  una luz indirecta que emerge de la escalera, de la fuente y del techo del porche.