Casa en Macinhata da Seixa. Oliveira de Azemeis. Portugal

El cliente pretendía una casa que cumpliese con un antiguo sueño: estar en el salón viendo el mar. El terreno, todo en pendiente, subía pero no lo suficiente para divisar el agua al fondo Poniente. Entonces la caso continuo subiendo, volumen tras volumen, hasta llegar a la sala de estar, toda abierta mirando al mar.

Se invirtió todo: Una plataforma en granito simula una casa del Norte, posada en una hilera de piedra, en apenas dos pisos. El tercero se esconde por debajo del desnivel, para abrir a la vista de la ciudad de Oliveira, las habitaciones abajo y la piscina. Los vidrios, muchos y grandes se abren en todas direcciones para que la casa mire a todos lados.

Volviendo arriba, la carpintería recorta el paisaje de poniente dentro de la sala ya casi como un cuadro pintado sólo para esta casa, un sueño nuevamente dibujado: “Ça c’est pour moi, le plus beau et le plus triste paysage du monde. C’est le même paysage de la page précédente, mais je lái dessiné une fois encore pour bien vous le montrer. C’est ici que le petit prince a apparu sur terre, puis disparu.”*

 * Le petit Prince de Antoine Saint-Exupéry