Jardín Botánico del Descubrimiento

El Jardín Botánico de Vallehermoso pretende reflejar, mediante la exposición de la valiosa flora autóctona y especies vegetales que protagonizaron el intercambio América-Europa, la relevancia que tuvo la Isla de la Gomera en la ruta de Las Américas, cubriendo aspectos didácticos, culturales, científicos e incluso turísticos.

El ámbito de actuación ronda el cauce del barranco de Vallehermoso, rodeado de bancales tradicionales de cultivo. En el proyecto unas trazas rectilíneas superponen itinerarios paisajísticos. Los caminos peatonales, en rampa, zigzaguean en el paisaje, determinando unas superficies ajardinadas, en las que se respeta el patrimonio verde preexistente preservando las palmeras centenarias del lugar. En el jardín el agua toma un especial protagonismo, aflorando como canales en una lámina remansada o anegando un cultivo que así lo requiere.

Un muro perimetral bordea el recinto, coincidiendo en un tramo con el vivero-umbráculo, el cual se integra con la tipología de los omnipresentes muros de sorriba. Una pequeña construcción escalonada acogerá, informará e ilustrará a los visitantes del botánico antes del inicio de la visita al aire libre. El edificio se adosa a uno de los paramentos rocosos del parque integrándolo al terreno como si estuviera determinado por la propia montaña, resolviendo la transición entre el nivel de acceso y el inicio del recorrido por los bancales.

El programa funcional es reducido y se distribuye en dos plantas; en el nivel superior se sitúan el acceso, bar y servicios; debajo una sala de exposición y las dependencias administrativas. Los almacenes y aseos se disponen contra el talud, abriéndose los espacios públicos al jardín, mediante terrazas externas. El material constructivo básico es el hormigón, coloreado en gris oscuro, el cual mediante diferentes texturas de acabado se estratifica y adapta al terreno orgánicamente.