Conjunto de Viviendas en la Calle Seara. Oporto, Portugal
4,00 €
Impuestos incluidos
João Álvaro Rocha
Localización: Matosinhos, Oporto. Portugal
Fecha: 2003
Fotografía: Luís Ferreira Alves
Formato | Archivo Pdf |
Páginas | 34 |
Idioma | Español |
El terreno donde se implanta el conjunto de viviendas se sitúa en una zona que, aunque en los límites de la ciudad, aún conserva muchas de las trazas características de un área de periferia. Resultado de las transformaciones sucesivas que tienden a borrar su carácter suburbano, ahí se entrecruzan los restos que sobreviven de un mundo rural en regresión con la insipidez de una malla urbana con dificultades evidentes de articulación. Es una zona de transición, donde la tensión entre espacios verdes y espacios construidos, entre topografía y volumetría edificada, entre público y privado, asume singular importancia. El terreno situado está en un importante punto de articulación entre la malla construida existente, las áreas verdes adyacentes y la nueva red vial, por ello los edificios proyectados tendrán que generar el difícil equilibrio a través del cual ensayan el rediseño de la estructura del lugar.
Es por eso que el proyecto procura establecer un nuevo encuadramiento de la malla urbana envolvente, particularmente del barrio, en parte constituido por “islas”, que se extiende a lo largo del margen norte de la calle de acceso. Constituyendo un segmento de malla diseñado sobre una propiedad bastante fragmentada, este conjunto se caracteriza por una ocupación de los lotes en profundidad y una permeabilidad en relación a la calle expresa en muchas de sus fracciones. Es evidente la amenaza a su supervivencia por la presencia de nuevas construcciones de mayor volumen que surgen en la calle de acceso, del lado oeste.
Y, no obstante, el barrio, por entre las mutilaciones ya practicadas, exhibe aún señales de una vida comunitaria intensa, que ahora el conjunto proyectado procura reinterpretar de otro modo.
La volumetría de los edificios propuestos resulta del compromiso entre la escala de las preexistencias y la dimensión necesaria del complejo.
Así se llega a una solución de una volumetría intermedia, la suficiente para diseñar la tensión entre tiempos distintos de construcción. En ese sentido, la implantación de los edificios procura asegurar un equilibrio entre la necesidad de “construir” al frente de la calle y la orientación de la pendiente del terreno - la permeabilidad surge en los dos sentidos, también porque la ladera desciende hacia el suroeste con buena exposición solar y con el mar aún visible en el horizonte.
Los espacios comunes exteriores ganan aquí redoblada unidad, con la presencia de los muros y taludes que miden la extensión del terreno y con una luz más intensa que penetra entre los edificios. Es también por eso por lo que la sucesión ritmada de los volúmenes edificados acaba por ser también un medio de ordenar el propio terreno. Los equipamientos surgen como elementos fundamentales en el ordenamiento del conjunto: se constituyen como piezas de remate y de articulación, esenciales para la definición de una escala. Su aparente independencia relativa a los edificios de vivienda busca salvaguardar la privacidad de los apartamentos y la relación de estos con la envolvente ajardinada, partiendo del principio de que la vida comunitaria necesita de puntos de encuentro que polaricen el conjunto. La concepción de este conjunto de viviendas se apoya en la idea de una parcela de territorio urbano internamente articulado, capaz de generar una apropiación colectiva y equilibrada de los espacios libres exteriores, donde la relación entre recorridos a esos espacios diseña la jerarquía necesaria.
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