Escuela Primaria e Infantil de L’Oiselier
Ipas - Eric Ott, Michel Egger, Salvatore Chillari
Localización: Municipio de Porrentruy, Cantón de Jura. Suiza
Fecha: 2006
Fotografía: Thomas Jantscher
Formato | Archivo Pdf |
Páginas | 14 |
Idioma | Español |
Es la belleza del lugar lo que contribuye al nacimiento de este proyecto.
El emplazamiento de la nueva escuela primaria e infantil de Porrentruy presenta la particularidad de tener una topografía accidentada que orienta el lugar hacia el norte. Esta orientación tiene varias ventajas: la puesta en escena del paisaje a contemplar que se encuentra iluminado por el sol; la luz es uniforme, y durante gran parte del día los estores no son necesarios. Al norte se abren igualmente unas vistas sobre el castillo y la ciudad.
A esto se añade la presencia del bosque de “Banée” situado más arriba. Hemos decidido sacar partido del carácter poético del sendero boscoso para acompañar a los niños hasta la escuela. Aferrada al bosque, la escuela encuentra su lugar al oeste en la parcela ya que es ahí donde el terreno presenta la ondulación más bella que permite un despeje para el patio. Sigue la huella de la topografía y ofrece una lectura estereométrica de la pendiente, un poco a imagen de los muretes que dibujan estrías sobre los pastos que rodean el Jura.
El resultado es un objeto en forma quebrada que reacciona al lugar. Este trabajo plástico permite disminuir la escala visual de edificio y, en consecuencia, su huella volumétrica sobre el entorno construido.
Esta riqueza geométrica -depresiones, compresiones, efectos de perspectiva- enriquecen las posibles apropiaciones del espacio. Vienen a influir, sugerir toda la vida que puede desarrollarse dentro y alrededor de una escuela. En el interior, los espacios de circulación sobrepasan su función de distribución convirtiéndose en terrenos de juego a la libre disposición de niños o profesores.
La emoción espacial se expresa igualmente por la presencia de importantes voladizos que transmiten a los usuarios toda la energía que produce la materia para resistir a la gravedad.
El edificio busca la expresión de un monolito bruto con un mínimo de detalles constructivos. Los acristalamientos presentan una junta mínima con la “piedra” haciendo desaparecer al máximo los marcos de forma que se amplía el campo de visión.
La pendiente del terreno nos ha permitido jerarquizar bien las entradas y los diferentes espacios de la escuela- infantil abajo, primaria y semi-público arriba.
El techado en pendiente crea una continuidad entre la escuela infantil y primaria y permite pasar de dos a tres alturas en el seno del mismo volumen. La relación directa de la escuela con la morfología del terreno ha permitido una excavación mínima.
Las clases de infantil están provistas de grandes ventanales correderos que permiten seguir una clase o actividad desde el exterior bajo un voladizo de 5 metros. Las clases de primaria aprovechan los tres grandes ventanales correderos que ofrecen una relación directa y permanente con el exterior. Los pasillos, los servicios y la sala polivalente están ampliamente iluminados por ventanales sin marco nivelados con la fachada.
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