Time present, Time future. Una conversación con Alberto Campo Baeza

 

Time present/ Buscando la Belleza

¿Cómo es este tiempo presente en Campo Baeza, cómo han sido estos años en los que has levantado las obras que ahora se muestran en este número de TC Cuadernos?

Debo confesar que es un tiempo especialmente sereno y hondo y especialmente feliz.

En relación a mi trabajo como arquitecto no puedo menos que decir que todo este tiempo está siendo de trabajo intenso, silencioso y tranquilo, y que me está dando grandes satisfacciones.

Satisfacciones en las pocas obras que he construido y proyectado. Siendo pocas en cantidad, han recibido un reconocimiento que, a mi parecer, no merezco. Pero, sobre todo, me han dado la oportunidad de ver construidas mis ideas. Me emociona especialmente el que en Escuelas de Arquitectura de todo el mundo se estudien y analicen estas obras.

¿Y como docente? Son ya muchos, muchísimos años dando clases. ¿Sientes aun la ilusión con que descubren la arquitectura?

La enseñanza da también enormes satisfacciones. La sigo ejerciendo con la misma pasión del primer día, o más si cupiera. En España y fuera de nuestro país. Donde siempre he aprendido más de lo que he enseñado. Donde, como he repetido tantas veces, he afilado bien los bisturíes para hacer mejor mis operaciones.

Y las satisfacciones que dan los escritos que, intentando transmitir con claridad mis ideas, han llegado a los más recónditos lugares de ultramar desde donde recibo frecuentemente misivas entusiastas.

Torre de Apartamentos en Dubai
Torre de Apartamentos en Dubai

¿En el estudio, cómo resumirías estos años de trabajo? ¿Qué temas te interesan más ahora?

He trabajado mucho, muchísimo, pero siempre muy a gusto. Con gran intensidad pero con calma. Y con plena Libertad. He hecho muchos concursos de los que he perdido también muchos. El último una torre cuadrada, altísima, blanquísima y hermosísima en Dubai, que se publica aquí. Y mi último edificio construido, la Sede del Consultivo de la Junta de Castilla y León en Zamora, es el resultado de un concurso ganado.

He descubierto que el tema central dela Arquitectura, y de cualquier labor creadora, es buscar y encontrar la Belleza. Esto que podría parecer algo difuso, es algo tremendamente concreto. Cuando Platón nos dice que ”la Belleza es el reflejo de la Verdad”, no nos queda más remedio que volver a acudir a entender que la Razón es el primero y principal instrumento del arquitecto para alcanzar esa Verdad de la que luego derivará aquella Belleza.

He confirmado que la Gravedad y la Luz, el Espacio y el Tiempo, son los grandes temas de la Arquitectura. Que la Gravedad construye el Espacio y que la Luz construye el tiempo, son algo más, mucho más que frases bien sonantes.
He tratado de, más que sólo resolver problemas funcionales, hacer algo más, aun intentando resolver esas funciones de manera impecable.

Oficinas para la Junta de Castilla y León en Zamora. España
Oficinas para la Junta de Castilla y León
en Zamora. España

¿Podrías describir el enfoque de estas últimas obras? ¿Qué hallazgos te han aportado?

Cuando en el edificio de Zamora hablo de “construir con aire” estoy describiendo lo que allí hemos hecho. Además de cumplir puntualmente con la función pedida de oficinas bien proporcionadas y bien articuladas, frente a la Catedral de Zamora, he intentado “construir con aire”. La solución de la fachada de dos hojas de vidrio separadas creando una cámara de aire intermedia accesible, resuelta de la mano de una tecnología en punta pero sencilla, nos ha permitido poner en pié esa idea que parece inalcanzable: “construir con aire”. El viejo sueño del arquitecto, añadía yo.

Cuando en la casa VT en Zahara hablo del “plano infinito frente al mar infinito”, trato de explicar la importancia del plano horizontal plano en alto frente al paisaje de horizonte lejano. Algo de lo que ya he escrito tanto. La idea de la acrópolis, o la del temenos. Lo que ya había planteado en obras mías anteriores como la Casa de Blas o la Olnick Spanu House o la Casa Rufo o la plataforma de Entrecatedrales. En todas ellas sobre ese plano se alza el templo, sobre la cueva la cabaña. Aquí, en esta casa se usa todavía de mayor radicalidad: sólo la plataforma desnuda frente al océano. Nada más y nada menos. Algo de lo que aparece en el proyecto de Lanzarote que espero ver algún día construido.

Cuando en la Torre de Dubai hablo de hacer “la torre más hermosa del mundo” estoy tratando de hacer la torre más racional. De planta cuadrada. Rodeada de terrazas con un cerramiento blanco translúcido como las jaimas árabes. Una torre cuya belleza proviene de la razón. Con unas plantas que funcionalmente son impecables. Con una estructura de lógica aplastante.

En Chandigardh ofrecieron a Le Corbusier instalar sus signos clave: el Modulor, la espiral armónica, la alternancia del día solar, la Mano abierta… ¿Cómo te explicas la gran difusión de tus escritos? ¿Será esa necesidad de devolver la claridad recibida?

Cuando se ven las cosas con la serenidad que provee el tiempo cumplido, los arquitectos que somos profesores sentimos la obligación de transmitir a nuestros alumnos lo más esencial de nuestras ideas. Como si de destilar lo más importante de nuestra vida se tratara.

Yo lo he tratado de hacer a través de mis libros que han sido colecciones de textos que generalmente habían aparecido antes de manera dispersa. “La idea construida” que ya ha superado las 30 ediciones, “Pensar con las manos” que ya va por la décima edición o los “Principia Architectonica” que ya está reeditándose. Y sus correspondientes traducciones a las lenguas más universales. Son todos ellos textos en los que aparecen muchas de las ideas que hoy están aquí, expuestas de manera más extensa y sistemática.

Time future/ Atrapar la Belleza

Y, ¿cómo será el tiempo futuro, el por venir en el que espera vivir?

Mi conclusión personal es que, tras todo esto, no puedo más que dar gracias a Dios y a tanta gente, mejor que yo, que me rodea y me quiere y me ayuda en todas estas tareas.

Es un regalo seguir teniendo la cabeza clara para pensar y pensar y pensar. Para seguir pensando, y confirmando con los hechos, que la arquitectura es una cuestión de ideas, de pensamiento. De ideas capaces de ser construidas. Seguir pensando que la razón es el primero y principal instrumento del arquitecto. Seguir pensando que la Belleza es el último fin.

Ya sé que confesar a estas alturas que la Belleza es el último fin de cualquier creador es algo fuerte. La Belleza, ¡la Belleza! está a nuestro alcance, como bien trato de inculcar a mis alumnos cada día, y de traducirlo en mis obras. Alcanzar la Belleza para dársela a los demás.

Además, es un regalo en el tiempo en que nos ha tocado vivir, el medio con que conservamos y transportamos las palabras: los archivos de Word. No tienen razón los que defienden el libro impreso frente al texto digital. Ambos, los dos, llevan en brazos las palabras que tanto amamos. Y además, ahora, a la imprenta para imprimir, lo que les damos son archivos informáticos con las palabras e incluso el tipo de letra.

Y además, lo que era impensable en tiempos pretéritos, tienen la virtud de que el texto puede ser corregido una y mil veces, hasta el último momento, dándoles una condición decididamente abierta que, entre otras cosas, ayuda a tomar la decisión de imprimir ya, sin seguir esperando neuróticamente a una perfección que nunca se alcanza. Espero, si Dios me da vida, poder seguir afinando estos textos, como se afina siempre un instrumento musical antes de cada concierto.

Y de igual manera que con los textos, los arquitectos ya dibujamos en el aire. Escribí un largo texto sobre esto donde defendía -¡cómo no!- esta maravillosa capacidad que ahora tenemos para la transmisión de nuestros documentos.
Pero quizás el mayor regalo que se me ha concedido es el que pasados estos años, en vez de estar más escéptico, esté con el espíritu del que empieza a empezar. Porque, y es lo que me gustaría transmitir aquí, ahora, estoy empezando a empezar.

El futuro, ¿qué es el futuro? “Cuando pronuncio la palabra futuro, la primera sílaba ya pertenece al pasado“, nos dice Wislawa Szymborska en un poema maravilloso. Y nosotros no podemos no estar de acuerdo con ella. En cualquier caso, sigo intentando hacer una arquitectura sin tiempo, con la capacidad de detener el tiempo, de ser de ayer de hoy y de mañana, capaz de atrapar la Belleza y conmover el corazón de los hombres.

Porque si estoy convencido de ese poder alcanzar la Belleza, también lo estoy de poder suspender el tiempo. Lo que ¡siempre los poetas! T.S.Eliot decía tan bien en el primero de sus Four Quartest que tantas veces he citado: “Time present and time past. Are both present in time future. And time future contained in time past.”

 

por Alberto Burgos, Publicado en TC Cuadernos nº 112- Alberto Campo Baeza arquitectura