Biblioteca Universitaria (UBU)

La biblioteca, que alberga 4,2 millones de libros, pretendía, además de ser un espacio donde la gente pudiera trabajar y concentrarse, convertirse en un centro intelectual y social para el campus suburbano de la universidad, donde los estudiantes y otras personas puedan estudiar o reunirse en cualquier momento del día. Situados entre la calle principal y la vía peatonal que atraviesa el campus, están la biblioteca, de 40 m de altura, y el aparcamiento contiguo, de menor tamaño, ambos revestidos en hormigón y vidrio serigrafiados con el mismo diseño figurativo. El sólido volumen rectangular de la biblioteca y el ritmo de su revestimiento, en hormigón y vidrio sutilmente modulado por secciones salientes, contrasta marcadamente con el complejo entramado en plástico del interior.

Los libros están colocados en dos volúmenes principales que parecen flotar hacia el techo. Estos volúmenes macizos donde se sitúan las pilas de libros son bloques de hormigón pintado en negro. Las paredes están decoradas con un diseño tridimensional que coincide con el diseño bidimensional serigrafiado en el acristalamiento exterior. Mientras que el diseño negro del acristalamiento filtra la luz natural que entra en el edificio, el diseño en color negro estampado en las paredes de hormigón actúa para difundir y hacer rebotar la luz más profundamente en los espacios interiores.

En el centro del edificio entre los dos volúmenes de las pilas de libros, interconectados por una serie de rampas y escaleras, se abre un espacio vertical que va desde el suelo hasta el techo De este espacio vertical central depende la experiencia del edificio, pues entreteje las líneas de movimiento, las capas espaciales y las vistas en el interior.